En relación a las noticias sobre la prohibición en Francia del uso de móviles para menores de 15 años en los colegios, la Fundación ANAR quiere lanzar unos consejos sobre el uso de estos dispositivos en los adolescentes con el fin de ayudar a los padres y madres a transmitirles la información necesaria para un uso útil y evitar situaciones de riesgo.
Aunque el uso del teléfono móvil en edades tempranas no es lo más aconsejable por las razones que después vamos a describir, es muy importante tener en cuenta que hay circunstancias familiares (padres que no pueden ver lo suficiente a sus hijos, circunstancias laborales, viajes…) que pueden justificar el uso de un teléfono móvil para comunicarnos con ellos. Siempre hay que tener en cuenta la madurez del menor y que existe la posibilidad de entregarles un teléfono móvil con voz pero sin acceso a datos. Puede que no sea la opción que más guste a vuestros hijo/as, sin embargo sabemos que no siempre lo que ellos piden es lo que más les conviene.
El uso excesivo del móvil puede afectar el rendimiento escolar. Los adolescentes que forman parte de grupos en redes sociales o en WhatsApp, pueden tener dificultades para limitar su uso. Es por ello que si están realizando cualquier tarea académica y tienen el móvil delante, reciben estímulos constantemente que dificultan la concentración. Es muy importante establecer una limitación de horario y un uso responsable con control parental.
El abuso del teléfono móvil puede ser perjudicial no solo a nivel psicológico para nuestros hijos/as. Aunque las investigaciones aún no son concluyentes, la OMS alerta sobre la posibilidad de que la exposición prolongada y diaria a la radiación electromagnética de alta frecuencia que emiten los móviles, puede interferir en el desarrollo de estructuras cerebrales y que este daño puede ser aún mayor durante la adolescencia[1]. Por otro lado, algunos estudios apuntan a que la luz del teléfono móvil, cuando éste se mira en la oscuridad, puede producir ceguera parcial,[2] agresividad e interferir en el sueño[3].
El Teléfono ANAR detecta casos graves en los que los jóvenes padecen adicción al móvil, Internet y las redes sociales. Si detectas que tu hijo/a se siente incapaz de desprenderse de su teléfono, controlar su uso y afecta a sus responsabilidades, podríamos estar ante una adicción al móvil[4].
El momento ideal para establecer las limitaciones de horario/días de uso… es cuando se entrega el teléfono móvil. Si no se establecen límites en su uso desde el principio, puede ser difícil que posteriormente acepte limitaciones. Una buena idea es firmar un contrato en el que acuerdes con tu hijo/a las condiciones de uso. Puedes descargar nuestro «Contrato ANAR para el buen uso del móvil»
Usar el móvil a edades tempranas puede ser peligroso para su desarrollo social porque puede propiciar el aislamiento. Los jóvenes necesitan relacionarse con sus iguales pero si sólo lo hacen a través de las nuevas tecnologías, se pierden la interacción personal. En un momento esencial para el desarrollo social, esta posibilidad podría llevar a un empobrecimiento de sus relaciones de amistad y a una disminución en el disfrute del contacto “cara a cara” tan necesario para su desarrollo.
Según el estudio realizado por la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña[5], las víctimas de Ciberbullying (acoso escolar a través de las nuevas tecnologías) tienen mayor propensión para sufrirlo a través del teléfono móvil (WhatsApp) entre los 12 y los 14 años. A partir de esa edad disminuyen las probabilidades de sufrir este grave problema.
La pre-adolescencia y adolescencia son momentos esenciales para la socialización del ser humano. Ellos sienten en estas etapas que el reconocimiento, la aprobación y la popularidad entre sus iguales son fundamentales y por eso desean tener un gran número de seguidores. Unido a la escasa percepción de riesgos, estas razones les llevan a admitir a personas desconocidas en sus redes sociales.
Además de éstos contactos, entre los peligros más destacados están: el acceso a contenidos inapropiados, difusión de imágenes comprometidas, facilitar datos personales y el ciberacoso (violencia de género, sexting, grooming…)
Cuando vuestros/as hijos/as empiezan a usar el móvil, pueden acceder a información no siempre adecuada para su edad o contactar con personas que puedan hacerles daño. Por ello, además de hablar con ellos/as sobre estos peligros, es importante que sepáis que existen aplicaciones de control parental muy recomendables para protegerles.
Si transmites a tus hijos/as la necesidad de un uso responsable del móvil, es importante que tú también lo hagas así. Es esencial darles ejemplo del uso adecuado del teléfono móvil y así darle coherencia al mensaje que les estás transmitiendo.
Si queréis consultarnos sobre este tema o cualquier otro relacionado con vuestros/as hijos/as, no dudéis en poneros en contacto con la Fundación ANAR a través de sus líneas de ayuda: Teléfono ANAR del Adulto y la Familia (600 50 51 52) ó del Email ANAR, entrando en nuestra página web (www.anar.org). En cualquiera de ellas, un equipo de psicólogos, trabajadores sociales y abogados, resolverán vuestras dudas y os orientarán.